viernes, 29 de julio de 2011

Real de Catorce

Se habian acabado los paisajes bonitos y empezaron las rectas interminables, carretera de dos carriles y un poco de trafico, asi que habia que estar atento a los trailers. Tuve que parar a cargar gasolina, no se alcanza a ver, pero acababamos de pasar una gasolineria... ja





Ya sabíamos sobre el camino empedrado para entrar a Real de Catorce, aun en el estado en el que estaban las motos, lo hicimos, 21 kilómetros de empredado que ni siquiera estaba parejo, casi al final del camino ya me estaba desesperando, no esperaba que fuera tan rudo.







Después había que cruzar un túnel de 2 kilómetros, ya les dije que soy claustrofobico? Justo a la mitad casi me da un ataque jajaja, pero sobrevivi!





Por fin entramos al pueblo y oh desilusión... Puestos y mas puestos ambulantes, niños ofreciéndote collares y pulseras, señoras gritando "Pasele por acá! Tenemos (inserte aquí un menú de fonda económica)".

Buscamos donde estacionar las motos, la verdad estuvo difícil por todo el empedrado, las subidas y las bajadas del pueblo, tomamos algunas fotos, y nos metimos a una de las fondas para alimentar a la lombriz.








Si fue un poco de decepción para mi, mas porque era el ultimo lugar que visitaríamos en la ruta, esperaba un pueblo mas bonito, mas limpio... Después me acorde que había que atravesar 2 kilómetros de túnel y 21 de empedrado para llegar a la carretera...




Nos dirigimos a Matehuala para dormir ahí y al otro día regresar al D.F. todo directo y sin paradas, bueno, solo las necesarias para comer.

Monterrey y Saltillo.

El destino final de este dia era Saltillo, podíamos rodar directo o pasar por Monterrey, mucha gente nos dijo que no lo hiciéramos, que no tenia caso arriesgarse... Pero ya saben, estando allá, como no hacerlo??

La verdad es que estaba nervioso, no sabia que esperar, en las noticias decían muchas cosas y uno siempre piensa que exageran, y la verdad es que si, exageran mucho, no nos encontramos nada raro, ni muertitos ni nada de eso. Entrando a Monterrey me sentí como en el D.F., el trafico, la gente, los carros, el ruido, y eso que llegamos temprano. 



Preguntando, llegamos a la plaza del edificio de gobierno, nos estacionamos en la banqueta y nos bajamos a tomar fotos, había una especie de manifestación/plantón (por eso me acorde del D.F. también) pero no hubo ningún problema, Roberto fue a preguntarle a un policía (que parecía hombre y resulto ser mujer) como salir de la ciudad mientras yo admiraba la fauna local, regreso y salimos hacia Santiago, uno de los pueblos mágicos de México, la visita en Monterrey fue muy breve, yo solo quería tomar fotos del cerro de la silla y listo. 







Entre Santiago y Monterrey no hay carretera, es mas bien como un periférico o algo así, a estas alturas la cadena de mi moto ya sonaba muy feo y los frenos de Frida tampoco se escuchaban muy bien, así que después de caminar por el centro de Santiago y tomar algunas fotos, nos metimos a un local de hamburguesas que estaba vació y nos sentamos a replanear todo.






Teníamos de dos sopas, podíamos regresar a Monterrey y reparar las motos para terminar la ruta completa o continuar como estábamos, tomar autopista y visitar un lugar mas, la verdad es que yo no quería perderme Real de Catorce y tomamos la segunda opción, no había mucho dinero ya para reparar las motos ni tiempo, así que salimos de Santiago, regresamos a Monterrey y nos dirigimos a Saltillo.

Llegamos alrededor de las 3 o 4 de la tarde, la mala noticia era que muchos museos estaban cerrados, segun un guia de turistas, Saltillo era la ciudad de los museos. Encerramos las motos y salimos a comer.






Nos metimos en el primer restaurant que nos encontramos justo afuera del hotel, mala idea, la comida estaba medio cruda, el servicio pesimo y aparte muy cara, mejor nos fuimos a dar una vuelta por el centro a echar un cafe y a chacharear. 


Ede!! Nos encontramos un Best Western jaja 




Close call.

Tempranito salimos con rumbo a Cuatro Cienegas, íbamos bastante bien y llegamos muy pronto a Gomez Palacio y Torreon, donde nos dimos una perdida debido a que la avenida principal estaba en obras y tuvimos que preguntarle a un policia como salir, nos tomo un poco de tiempo pero por fin encontramos la carretera a Cuatro Cienegas.



Esta fue una de las carreteras que mas me gusto, después de la Sierra Tarahumara, a pesar de tener muchas rectas, el paisaje era hermoso, había una parte con montañas y cerros que parecía sacada de una película del Señor de los Anillos.




Llegamos a Cuatro Cienegas y como aun teniamos tiempo, decidimos seguir hasta Monclova para dormir ahi,  los paisajes seguian igual y precisamente por venir en la baba, cuando voltee a ver el camino vi un hoyo bastante grande, rodando a 120 km/h fue muy dificil bajar la velocidad y cai completito, la vi muy cerca porque toda la moto crujio, y se escucho un golpe muy fuerte en el manillar, no nos detuvimos hasta Monclova, donde revise la moto mientras Roberto le preguntaba a un señor la mejor manera de salir al otro dia, el manillar estaba un poco chueco y la cadena habia quedado toda floja, en ese momento pense que algun engrane se habia aflojado porque la frenada con motor estuvo muy violenta, pense en jalar los tensores para apretarla pero me quedaba la duda del engrane, ya que algo se escuchaba en la transmision cuando frenaba con motor y mejor la deje asi.







No encontrábamos donde dormir y seguimos un poco mas hasta Castaños, nos dijeron que era mas fácil encontrar algún hotel abierto.