Guerrero Negro.

Pues la moto ya venia dando problemas desde Durango, al principio pensamos que era la batería, porque daba marcha pero después de dos intentos se quedaba muerta, asi que a empujones.

Todos los días saliendo del hotel había que empujarla, llegábamos a la gasolineria y al oxxo a desayunar, y a empujar de nuevo…  Como que ya estábamos cansados de eso. La verdad es que no hay mucho que contar en la carretera de Guerrero Negro, rectas y rectas y rectas y mas rectas, pero justo cuando entramos, un taller de motos en la primera esquina, mas adelante, un restaurant de mariscos. Despues de hacer un pequeño consenso, llegamos a la conclusión de que en lo que comíamos, checaran la moto, asi que eso hicimos, la deje en el taller y nos metimos al restaurant.

Pedi uno pulpo al ajo, no era la gran maravilla pero daba el gatazo. Terminamos de cenar y fui a ver que había pasado con la moto, resulta que tenia un corto en el ventilador (primera versión) y que se iba a tardar alrededor de dos horas en desmontar todo y encontrarlo, después de otro consenso llegamos a la conclusión de quedarnos a dormir en Guerrero Negro y dejar que arreglaran la moto, como dije, ya estábamos cansados de empujar. 

El hotel como todos, no era la gran maravilla pero tenia agua caliente y una cama, lo suficiente como para sentirse en la gloria a estas alturas, despues de un rato fuimos a recoger la moto al taller, ¿El problema? un falso en el faro, estaba lleno de agua y una terminal sulfatada, el mecanico lo desarmo todo, lo limpio y quedo como nuevo, la moto prendio sin ningun problema.

Al otro dia temprano fuimos a la salinera de Guerrero Negro, kilometros y kilometros de sal, para donde quiera que volteabamos habia sal, nos dieron un tour por el area de cosecha y el area de lavado, muy simple el proceso para hacer sal, pero muy tardado, alrededor de dos años.

Ya para estos momentos me estaba sintiendo muy mal del estomago, creo que ese pulpo al ajo no estaba muy bueno... diarrea y temperatura, pero habia que rodar! Pasamos a desayunar a una fondita y solo pedi un tè y unos huevos con jamon, para no recargar el estomago.

Partimos hacia Bahia de los Angeles, nada mas que decir, interminables rectas y ni una sola alma alrededor, solo el ruido del aire, que estaba muy fuerte, ni siquiera escuchaba el motor...